Cada
vez es más frecuente ver a ciclistas que deciden pasarse al triatlón. Estos encuentran su mayor hándicap en el "agua" por varios
factores sobre todo por la técnica que requiere esta disciplina.
Una posible
carencia técnica dificultará la salida del triatleta en los grupos delanteros
de la competición.
La
gran importancia que tiene la técnica en el segmento de natación no tiene tanta transcendencia en el sector de ciclismo o carrera a pie, donde estas posibles
carencias pueden verse compensadas con una mayor condición física o con un buen
desarrollo de habilidades individuales y/o colectivas, como puede ser ir a
rueda.
Como
anteriormente citaba, la técnica en la natación será el condicionante principal
de nuestro rendimiento en el agua. Pues bien, no se debe entrenar igual para
nadar en piscina que para hacerlo en aguas abiertas. Algunos de los principales
cambios los encontramos en la aparición de la fuerza resistiva del oleaje o la
mayor densidad del agua en el caso de nadar en el mar.
Junto
a estas peculiaridades encontramos otras como una baja frecuencia de batidos
por ciclo de brazadas, normalmente de 2 tiempos durante un elevado tiempo
durante la natación, a 6 en las zonas más rápidas como pueden ser: la salida,
la aproximación a las boyas o los últimos metros de natación hacia la T1.
La
complejidad de este segmento, hace que sea necesario un gran trabajo técnico en
las sesiones de natación. Un perfecto instrumento para poder determinar los
aspectos a trabajar lo podemos encontrar en una grabación subacuática, que nos
permitirá conocer los errores técnicos de los deportistas a la vez que
proporcionarles un feedback a los mismos.
En Rendimiento Físico, llevamos
tiempo realizando diferentes test y evaluaciones con nuestros triatletas, la más
importante grabación subacuática con un informe completo con el cual intentamos
trasmitir un importante feedback con el deportista para la mejora de la técnica y el tiempo de natación,
mejorando así el rendimiento.
Raul Marco